A una semana de las elecciones andaluzas la prensa afín al latrocinio, que es prácticamente toda, se vuelca en condicionar el voto de los electores. Así, a derecha e izquierda se da por ganador al PP, se rebaja el batacazo del PSOE y se infravalora a VOX. El coctel perfecto que tomarán aquellos que ven mucha televisión, o leen y escuchan siempre lo mismo. Para otros, la copa de cicuta que hará que se queden en casa auspiciados por el pesimismo. Tal como lo presentan ya está todo el pescado vendido. ¿Para que perder el tiempo en votar?
Pero las gentes de Andalucía ya demostraron que pasan en gran medida de todos estos ejercicios de manipulación. Ya fueron manipulados en demasía tiempo atrás, y al final harán aquello que les salga de sus partes bajas. Como buena gente dada al jolgorio campechano, se lo deben estar pasando en grande. Sí, sí, que sí, que mañana ¡tararí!
No obstante, hay que reconocer que toda esta avalancha mediática no pasará desapercibida en el subconsciente de las gentes, y en cierta medida condicionará el voto de personas fácilmente influenciables. Es algo inevitable. No todos tienen la fuerza mental para abstraerse de lo que dice la caja tonta.
Aunque la tarea era muy complicada, en otros tiempos el PSOE hubiera presentado un candidato de cierto peso, v. g. la Calvo. Vamos, alguien con pies y ojos, digno de presentar batalla. Pero a la vista de los hechos este PSOE de Sánchez está más para allá que para acá. No parece preocuparle que Andalucía la gobierne el PP, tal vez, porque sabe a ciencia cierta que apenas cambiarán las cosas. De ahí que su auténtica inquietud sea el número de escaños de VOX.
Por su parte el PP, socio moral del PSOE, pretende autoproclamarse vencedor por mayoría muy amplia. Tan amplia, que le permita llegar a un acuerdo de investidura con este, con la excusa de dejar a un lado a VOX. Así, todas las encuestas se encargan de acrecentar lo más posible su victoria. Superar la barrera de los 45 escaños les facilitaría esa ansiada alianza con el PSOE.
A derecha e izquierda se da por ganador al PP, se rebaja el batacazo del PSOE y se infravalora a VOX
Ahora bien, lo anterior tiene pocas posibilidades de que produzca. Si fuera así, teniendo en cuenta que a VOX esas mismas encuestas le dan del orden de unos 25 escaños, nos encontraríamos ante unos bloques totalmente descompensados. Por un lado, la derecha rondaría los 70 escaños, y por otro la izquierda se quedaría por debajo de 40. La verdad, me cuesta creer que eso suceda. Pienso que se trata, tal como apuntaba antes, de mera manipulación, que demuestra la falsedad de los datos.
A estas alturas nadie, con un poco de seso, puede dar crédito a estas encuestas. En general, de unos años para acá todas se han demostrado inanes, y cada vez son más las personas que las obvian. Sólo tienen el valor que aportan como tendencia.
Y dado que cualquiera puede hacer la suya, sin riesgo de que se condene al autor por faltar a la verdad, haré la mía. Apreciado lector, lo que sigue es mi encuesta, realizada telefónicamente a un total de 50 personas, con un target de edad entre 18 y 70 años. A continuación, los resultados. Seguro que me equivoco.
Leo Limiste
