Andaba con ganas de visionarla, y por fin, el pasado sábado, la pude ver. Me refiero a la última película del director Clint Eastwood: Mula (The mule). Antes de continuar, sepa el lector que lo que sigue no lo escribo con el ánimo de suplantar la labor del crítico. Lo hago simple y llanamente desde la perspectiva de un incondicional y fiel admirador del trabajo de este director. Reconozco, por ello, que seré parcial.
A sus recién cumplidos 89 años el veterano actor y director Clint Eastwood sigue estando hecho un mulo, todo un chaval, mentalmente hablando. Director, actor, guionista, músico, productor y… Eastwood es un animal cinematográfico que ha dedicado toda su vida al cine. Un hombre hecho a sí mismo que se ha refrescado en la superación constante. Pronunciar su nombre es mencionar cine; CINE con mayúsculas.
Puedo decir, con toda satisfacción, que he visto todos los trabajos de Eastwood; desde sus primeros westerns, aquellos que se rodaron en Almería, hasta esta última. Y tengo claro que, con algún que otro altibajo, toda su filmografía se sitúa en la cima del cine. Me atrevería a decir que cuando este hombre nos deje, el cine habrá muerto. Se harán películas, pero no cine.
Con todo, es a partir de la década de los ‘90 cuando surge el gran Eastwood, que además se consolida como director. En 1992 se estrena “Sin perdón” (Unforgiven), una autentica obra maestra que bajo el patrón western nos muestra lo decadente de aquel oeste. El film le haría ganar 4 Oscars, entre ellos a la mejor película y mejor director. Luego llegarían “Los puentes de Madison” con una inconmensurable Meryl Streep y “Poder absoluto”, otra vez con un excelente Gene Hackman.
Ya en este siglo, y para no extenderme, citaré otras cuatro, a mi modo de ver, obras maestras: “Mystic River”, “Million Dollar Baby”, Cartas desde Iwo Jima y Gran Torino. La segunda de ellas, galardonada con 4 Oscars, entre ellos a la mejor película y mejor dirección, y en la que sobresalen las interpretaciones de Hilary Swank y Morgan Freeman.
Mula es un canto a la familia y a principios tales como el honor, la dignidad y la asunción de responsabilidad; todo eso que tanto se echa en falta hoy día
Vuelvo a su última película. Basada en la vida de Leo Sharp, el film narra la historia de un hombre de avanzada edad que por motivos económicos y sentimentales acepta trabajar como traficante de drogas para un cártel mejicano. Mula es un canto a la familia y a principios tales como el honor, la dignidad y la asunción de responsabilidad; todo eso que tanto se echa en falta hoy día. Porque a pesar de la apariencia inicial, el final denota todo lo anterior.
Puede que el hecho de estar basada en un caso real merme la libertad del director, ya que el guion viene atado de antemano y el final tiene que ser el que es. Pero a pesar de ello, la película tiene un trasfondo tan grande, como la simpleza con la que cuenta los hechos. En línea con la forma que tiene Eastwood de relatar las cosas; a veces con humor y siempre con ese realismo sosegado que sólo él sabe mostrar.
Sin llegar a ser una obra maestra, Mula es una excelente película que tal vez no agrade a muchos. A algunos porque les gustan los finales rosa y a otros por sacar a la luz valores oxidados. Y es que, al fin y a la postre, Eastwood pasa de Hollywood, de la progresía y de sectores del establishment que quisieran verlo jubilado.
¡Grande, eres muy grande, Clint!
Leo Limiste