He titulado así este artículo, pero lo podía haber hecho de diferentes formas. Da igual, lo importante es que ayer una parte de los españoles que dicen defender a España se quedaron en su casa. Que nadie intente vendernos la moto averiada de la dispersión de voto, porque las cifras indican otra cosa. Vamos con ellas.
La participación se incrementó en casi 10 puntos respecto a las anteriores elecciones del 2016, pasó del 66,48% al 75,75%. Un dato que hay que tener muy presente a la hora de hacer valoraciones. A partir de aquí, voy a comparar datos exclusivamente referidos al número de votantes de cada formación. Creo que es la mejor forma, ya que se evita entrar en el efecto D’Hont.
El primer análisis lo hago en relación a los dos bloques, o sea, bloque de izquierdas y bloque de derechas. Así , el número de votos del bloque de izquierdas, en el que incluyo a Psoe y Podemos, este último con todas sus confluencias, ascendió a 11.231.410, lo que representa un incremento del 6,65% sobre las pasadas elecciones. Por su parte el bloque de derechas, representado por PP, C’s y Vox, obtiene un total 11.276.920 de votos, que constituye sólo un 1,32% de incremento. Ahí radica el problema, lo demás son escusas de mal pagador.
Por mucho que el moribundo Casado se empeñe en echar la culpa a otros, lo cierto es que el culpable es él y su equipo.
Tal como he dicho, podía haber puesto otro título a este artículo, por ejemplo: “La mayoría silenciosa catalana sigue callada”. Definitivamente, los separatistas dieron una lección de movilización a los constitucionalistas, que también debieron de quedarse en casa. Y así, la guerra se pierde y Cataluña también. En el caso de esta región, el índice de participación, uno de los más elevados de España, se ha situado en un 77,58%, frente a un 63,42% del año 2016, o sea más de 14 puntos en relación a las anteriores elecciones. Vamos ahora con el resto de datos.
En este caso haré dos bloques. El constitucionalista, formado por Psoe, PP, C’s y Vox, y el separatista, en el que incluyo a Erc-Sobiranistes y por Jxcat-Junts. Dejo al margen a la confluencia de Podemos por razones obvias. Pues bien, los primeros han obtenido un total de 1.784.129 votos, frente al 1.405.103 que consiguió en las anteriores. Un aumento significativo del 26,97, pero que como veremos queda muy por debajo del esperado. Por lo que respecta a los secesionistas, obtienen un total de 1.512.993 votos, cifra que se sitúa un 35,61% por encima del resultado del año 2016. Dicho de otra forma, y con independencia del batacazo popular, un éxito total de los secesionistas que se han movilizado en masa y un fracaso de los constitucionalistas que siguen sin entender nada.
Las cifras es lo que tienen, sirven para dejar en evidencia a la palabra. Son tozudas. Por mucho que el moribundo Casado se empeñe en echar la culpa a otros, lo cierto es que el culpable es él y su equipo. El PP se fue deshilachando, con Rajoy y Soraya al frente, durante su malhadada mayoría. Es ahí donde los sucesores del felón Rajoy debían haber fijado la atención desde el minuto uno, y corregido el rumbo para que el tejido no acabara con tantos sietes. El PP es el gran culpable de este desastre, y no caben excusas. En fin, ayer cuando paseaba por Barcelona vi como las gaviotas se aposentaban en el suelo, tierra adentro. Mal presagio, que luego se cumplió.
Leo Limiste
